sábado, 31 de marzo de 2012

Nuestra sociedad destrozada

Nuestra sociedad destrozada

Sí, todos hemos oído hablar de que nuestra sociedad se derrumba, de crisis de valores, de falta general de educación... De todo esto y más he oído opiniones varias, pero sin duda lo que más me ha impactado es un artículo que leí recientemente acerca de la mortalidad en España: ¿Cuál creen ustedes que puede ser la muerte más común por causas no naturales en nuestro país? ¿los accidentes de tráfico? ¿la muerte por cáncer de pulmón? ¿los infartos repentinos?...

       
Ninguna de las anteriores: el suicidio. Sí señor, el suicidio. Creo que este dato es el reflejo más claro de la situación social en nuestro país: la sociedad está desesperada.

Por otra parte, si bien es cierto que vivimos un período de constante tensión y desesperación por motivos de peso, especialmente económicos ( "¡¡¡no llego a fin de mes, no puedo aguantar más¡¡¡..."), creo que también es de justicia decir que no son estos motivos suficientes para poner fin a la vida. Sin ánimo de mencionar la soga en casa del ahorcado, quiero expresar mi punto de vista: hoy en día la fortaleza individual brilla por su ausencia, hemos constituido una sociedad en la cual valores como la integridad, el esfuerzo, la fortaleza o la búsqueda de superación personal han sido sepultados: hoy todo nos lo dan "masticado". Creo que es hora de "endurecerse", de aprender que toda situación tiene una salida, que no será fácil en muchos casos, pero que con esfuerzo y fortaleza, seguro es superable. 

Señores, desde aquí les pido, eduquen a sus hijos en la fortaleza, y no me refiero a fortaleza física, pero quizás es hora de plantarse si en lugar de preocuparse tanto por su formación académica ( "british" los viernes, clases de matemáticas miércoles y jueves, academia los lunes, etc..) o su formación deportiva (dos equipos de fútbol, atletismo, tenis, y golf los domingos...) no debiéramos educarlos en la fortaleza personal, en aprender a superar dificultades de forma cada vez más independiente, en definitiva, a crecerse antes las dificultades.


José María A.

Escalera al Paraíso; yo no lo hubiera dicho mejor.

Quiero hablar de una canción. Digo canción, pero esta palabra se queda corta. Podría llamarlo emoción, belleza, arte. Este es mi pequeño tributo a la canción 'Stairway to Heaven', de Led Zeppelin.

¿Qué tendrá ésta que no tiene el resto de canciones? No lo sé, pero sólo con esta canción soy capaz de huir del mundo durante ocho minutos. Me emociono, las melodías me envuelven y me hacen olvidar todo. Desconecto de todo lo que me rodea para sumergirme de lleno en la musica

Es en esos momentos de abstracción en los que me doy cuenta de lo grande que es el hombre. Con esta canción uno se da cuenta de que la vida es bonita. A uno le sale del alma decir: ¡Me encata la vida, joder!

Sí, parece una locura, pero al menos a mí son estas pequeñas cosas las que me hacen ver la magnanimidad de nuestra especie, de nuestro mundo y de nuestra existencia. Me llevan a pensar que somos algo más que átomos unidos de manera ordenada. ¿En serio quieres que me crea que un trozo de carne es capaz de ésto????? ¡Me niego!

Son ocho minutos donde el poder del hombre se muestra como es, tal cual. Es un himno, un regalo, un tesoro. Una muestra de la sublimidad del hombre, de su potencia, de su capacidad. Es la unión entre trabajo, belleza, inteligencia, emotividad, todo sintetizado de manera perfecta. Una abstracción de nuestro mundo a un lugar donde solo existe la belleza, una escalera al Paraíso.

Juan G.




Samuráis

Samuráis, "aquellos que sirven".

Me asombra cómo es, o más bien, era, la vida de los samuráis. Su completa dedicación a manejar el arte de la espada; la búsqueda de la perfección en cada acción. El conocimiento del ser y de uno mismo. La entrega a los demás, incluso con la vida. La tranquilidad de la soledad en el campo. La paz interior. La lucha por no rendirse. La lucha por mejorar.

Ojalá hubiera todavía sumarías... me encantaría hablar con uno de ellos.

Carlos T.

Cuatro mitos sobre nuestro adorado momento: el sueño

Ese momento de meterse en la cama, después de un duro día de colegio, de disfrutar del mejor momento del día, de olvidarse de todo y dormir profundamente hasta despertarse al día siguiente con el sonido de la alarma de fondo, ese momento con tantos mitos y rumores.¿ Es verdad que debemos dormir 8 horas? ¿Cuanto más dormimos mejor?¿Podemos recuperar el sueño los fines de semana? Me voy a centrar en resolver los cuatro  mitos principales en torno al sueño.

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El primero de todos, necesitamos 8 horas diarias de sueño.Cada persona tenemos distintas necesidades de sueño, en mi caso por ejemplo con 8 horas de sueño no soy persona, necesito mínimo 9 horas de sueño diarias, este mito es muy subjetivo y desde luego nada científico.

El segundo, cuanto más dormimos más saludables estamos. Yo siempre había pensado que esto era verdad, pero unos estudios recientes en la universidad de Columbia demuestra que cuanto más duermes tienden a morir más jóvenes  y tener mas episodios depresivos. Bastante preocupante para mi persona que suelo dormir bastante.

El tercero y muy conocido entre los jóvenes actuales, entre los cuales me incluyo, se ve en la frase "no estoy durmiendo nada pero ya dormiré el fin de semana", craso error por nuestra parte. Un estudio reciente llama a este suceso "bulimia del sueño" que causa insomnio, depresión y varía nuestros ritmos biológicos y nos impide descansar, no es recomendable hacerlo.

El cuarto es que es malo levantarte por la noche, ya que te hará estar menos descansado. Esto es mentira, todos los animales y salvo en esta parte de la historia el hombre ha estado habituado a interrumpir su sueño sin eso afectar a su sensación de cansancio

Pues estos son todos los mitos  que conozco si sabéis alguno, os agradecería que me lo dijeseis. He de reconocer que yo era uno de los más ferviente seguidores de estos mitos, lo cual visto esto, es bastante preocupante, ya que tendré depresiones, insomnio, "bulimia del sueño", moriré joven...etc.

Miguel R

viernes, 30 de marzo de 2012

No conocer es ser feliz


            Hace un tiempo, en una visita al zoo, recuerdo que mi hermano me dijo: “Me dan pena estos animales, están ahí encerrados”. Tras haberle dado un par de vueltas le respondí que, en realidad, estaba seguro de que eran los animales más felices del mundo: no afrontaban peligros, les daban la comida, habitaban en un ecosistema limpio y,lo más importante, no conocían nada del mundo salvaje ya que habían nacido enel zoo y, por tanto, no podían envidiar nada.
         
            A esto mi hermano respondió: “Imagínate que naces en una selva, unos lobos te crían y cuando creces, sales al mundo exterior, a la civilización. ¿Cómo serías más feliz: en el mundo real lleno de competencia y problemas, o en la selva, con una “venda” en los ojos para no ver el mundo real?” Después de este pequeño debate, aplique el dilema al mundo humano. Si naciéramos en una cárcel, no conociéramos lo que hay fuera, si no conociésemos la verdad y viviéramos engañados y nunca nadie nos lo dijera, ¿seríamos capaces de ser felices?

                La conclusión a la que llegué es que se podría ser feliz, yaque nos parecería normal habitar en esa cárcel. Allí nos darían la comida, nos facilitarían la vida, tendríamos compañía (no mucha, pero sí que tendríamos) y al no conocer lo de fuera, no tendríamos que preocuparnos. Esto explica que mucha gente, prefiera permanecer con esa “venda” en los ojos ante ciertas situaciones (chequeos médicos, análisis…). Así, a pesar de vivir engañados,creo que consiguen llegar a un estado en el que, en el fondo, “¿qué importa la verdad mientras pueda ser feliz sin ella?“

“La felicidad no existe. Lo único que existe es el deseo de ser feliz.”
Antón Pávlovich Chéjov


Álvaro M.

Mamá… ¿existen los Reyes Magos?

A veces pienso que mucha gente tiene una falsa concepción de lo que es mentir. ¿Mentir es el contrario de decir la verdad? Estrictamente, pienso que sí, pero analicemos más a fondo casos concretos.

Si un asesino en serie te preguntara un día que dónde vive tu mejor amigo… ¿dirías la verdad? Por supuesto que no, pero estarías mintiendo entonces, y ¿qué habría pasado con el viejo tópico de “la verdad ante todo”?.

Ahora, si te pregunta tu madre que si te han dado hoy las notas; y tú le respondes que no para evitar un castigo, ¿no es lo mismo? Todos sabemos que no.

Entonces, ¿en qué se distingue la respuesta que das en estos casos? Si nos fijamos, la respuesta depende sobre todo del derecho que tiene a saberla la persona a la que dices o no dices la verdad, y de las consecuencias que tendrá lo que digas.

Podemos concluir, por tanto, que uno tiene obligación de decir la verdad a aquél que tiene derecho a saberla.
Ignacio I.

El verdadero regalo

A veces me pregunto por qué Dios nos da ciertas habilidades. Hay gente deportista y atlética, incluso hay algunos que demuestran sus cualidades a través de un bonito cuadro y otros con una melodiosa y afinada voz. Aquellas personas deben estar aquí por algo, todo tiene una razón de ser, todo tiene un sentido. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿cuál es ese sentido?

Una vez me dijeron: “cada año de tu vida trae un regalo que hay que descubrir tarde o temprano, ahí debe estar tu ilusión por cumplir años”.

El caso es que pasan los años y yo sigo sin saber muy bien para qué estoy aquí. Me aconsejan que mire con perspectiva, que nuestros actos y madurez no son algo que se conquiste a corto plazo.

Pero a la vez nos dicen “preocúpate por el presente y no por lo que vendrá mañana”, ¿y si no me gusta el presente?, ¿Y si busco algo mejor?, ¿Y si necesito respuestas? Creo que si tuviera la clave de mi vida, de mi felicidad, podría vivir tranquilo sin preocuparme por el mañana, pero mientras tanto me dedico a esperar un futuro mejor en el que por fin vea que todas mis obras van conformando lo que considero un objetivo. ¿A dónde se va todo?

Todos tenemos ganas de hacer algo grande, sabemos que estamos aquí por algo grande. Sabemos que podemos hacerlo, tenemos cualidades, el caso es encontrar nuestro sitio para meternos en el carril que nos llevara a la ansiada meta. 

En este blog os invito a descubrir la verdad que muchas veces es ocultada de formas muy retorcidas. Una persona no puede encontrar su sentido en la vida si no pelea por la verdad. Todos reconocemos la tristeza y angustia que una persona puede tener si sedesvía del fin para el cual todos estamos en este lugar.


Jesús G

¿Cómo sería la cerveza perfecta?

Hoy voy a hablar de un líquido que muchas personas llevan en su sangre, el zumo de cebada. Es un líquido que estimula todos y cada uno de los cinco sentidos del hombre.

La Cerveza Perfecta, llamémosla "La Cerveza", es, en primer lugar, una cerveza fuerte y poderosa. El imponente botellín adornado con pequeñas y sensuales gotas de agua, producidas por el contraste entre el frío gozoso del glorioso néctar, y el calor de la dura realidad exterior, que se van deslizando suavemente por el cristal. Al tocarla, el tacto experimenta una satisfacción suprema, digna de recordar.
Al abrir el grandioso botellín, la elegante chapa emite un provocador chasquido, que estimula los oídos y hace que un escalofrío placentero recorra el cuerpo.
Al saborear el delicioso zumo de cebada, todas y cada una de las partes de la boca se sienten inmersas en lo más apasionante que pasará por dicha boca en toda su vida. El tacto y el gusto se dan un festín de sensaciones, a cada cual mejor.
Finalmente, "La Cerveza" viaja hasta el fondo de la garganta, dejando un frescor y un delicioso sabor en la boca que muchas personas anhelan tenerlo en ese mismo instante.
Aquella persona que pueda disfrutar de "La Cerveza Perfecta" es el más afortunado de entre los afortunados.
¡Gracias cerveza por existir!

José DdB

Aprobado…¿a la primera?

        ¿Por qué es chocante que alguien diga esto? ¿Por qué quien lo consigue siempre añade tras su “he aprobado...” un “¡a la primera!”, cual “cum laude” académico? ¿Por qué oír esta expresión es sinónimo de excelente conductor? ¿Acaso conducir es difícil?....No lo creo. Muchas preguntas, una sola respuesta: tengo una teoría y quiero compartirla con ustedes.
        Hoy estoy frustrado. Muy frustrado. Frustrado, cabreado, enfadado, fastidiado, y muchos mas “-ados” e “-idos” que no creo conveniente escribir en un blog público. Sí, como habrán intuido, hoy he suspendido por primera vez el examen práctico de circulación. ¿Por qué? - por que ha querido el examinador. El examinador, ese temido hombre del que todos hemos oído hablar, un hombre siempre dispuesto a arruinarte el día, y en esta ocasión, cumplió con su propósito.
           Llegados a este punto pensarán que estoy utilizando la figura del examinador como una excusa de mi suspenso…cada uno es libre de pensar lo que quiera. No obstante, ¿qué gana el examinador suspendiéndome? - se preguntarán los incrédulos. Yo tengo la respuesta: dinero, como no. Por favor, no piensen de mí que estoy loco, de verdad no creo que sea todo una conspiración judeo-masónica contra el examinando, pero ahora…párense a pensarlo con más detenimiento. Un examinando suspenso supone un examinando que volverá a presentarse más tarde, es decir, un examinando que volverá a pagar las tasas de examen (nada baratas por cierto, más cerca de los 100 euros que de los 50…prefiero no dar cifras). Ahora multipliquen esas tasas no aptas para todos los bolsillos por los cientos de exámenes de circulación que se realizan diariamente en un solo centro de exámenes, por ejemplo en el centro de exámenes de Móstoles, donde son derivados la mayoría de los aspirantes madrileños. Suena tentador para las arcas de la Dirección General de Tráfico, ¿verdad?. En el caso de que algún lector continúe negando mi teoría le rogaría me escribiese un mail explicándome entonces el porqué de que tan sólo yo fuera el único candidato por mi autoescuela que se presentaba por primera vez esta mañana.
       Si se acaban de dar cuenta del entramado que hay tras los examinadores, los exámenes, etc…continúen leyendo, esto no es todo. Hemos hablado ya del coste adicional de un segundo intento, pero eso no es sino abrir la veda. El gran negocio de las autoescuelas también saca tajada de esta sangrada al aspirante, quien, habiendo suspendido, no querrá pasar por la misma experiencia de nuevo, así que se asegurará de pagar las suficientes clases prácticas a la autoescuela para ir bien preparado al examen (inocente de él). Huelga decir que un segundo suspenso acarrea la pérdida de la convocatoria, y si el joven aspirante sigue con su enfervorecido deseo de obtener el carnet, no tendrá más que pagar una nueva matrícula por el módico precio de unos 150 euros con suerte.
       Toda esta mafia es vergonzosa e impropia, perfectamente denunciable, pero ahora bien, “Quis custodiet ipsos custodes?”. No nos engañemos, cuando pensamos en denunciar a la Dirección General de Tráfico, organismo del Estado, soñamos. Continuemos pues soñando sin precio alguno, al contrario que la obtención del carnet, y mientras tanto, sigamos dejándonos sangrar por las autoescuelas, la DGT, y los examinadores.
         El Martes que viene volveré a enfrentarme a esta sangría, con 150 euros menos y una clase práctica más. Espero no tener que volver a escribir del tema entonces. Un cordial saludo.

José María A.

Comienza la fiesta

Nadie sabe bien qué es esto. Quizá lo sepamos el 1 de junio. De momento prometen ser escritos y reflexiones (¿filosóficas?) de un puñado de estudiantes. De momento son unas semillas lanzadas al viento, casi a voleo. Tal vez alguna germine.