Hoy he vivido una experiencia un tanto peculiar en el colegio, y es que le he pegado una bofetada a un compañero. Y no sólo eso, sino que ha sido en público y con la incitación de toda la clase.
El motivo: haber dicho que daba una bofetada a alguien a cambio de una bolsa de chuches. La mayoría de gente pensamos: “Buah, yo lo haría, y luego si eso le doy la bolsa de chuches al de la bofetada…”. Sin embargo, cuando le has dado la bofetada te das cuenta de lo poco que lo has pensado. Y si no me creéis, probadlo vosotros mismos.
El motivo: haber dicho que daba una bofetada a alguien a cambio de una bolsa de chuches. La mayoría de gente pensamos: “Buah, yo lo haría, y luego si eso le doy la bolsa de chuches al de la bofetada…”. Sin embargo, cuando le has dado la bofetada te das cuenta de lo poco que lo has pensado. Y si no me creéis, probadlo vosotros mismos.
Os sonará raro, pero hay cosas que se hacen rápido y sin pensar, sobre todo cuando te ves arrastrado por la mayoría. O cuando dices hacer una cosa que harías y luego, cuando te ves en la situación, no te atreves a hacerlo. Yo lo he hecho, pero más por cumplir lo que dije que por conseguir algo.
He aprendido que primero se dice hacer mucho, pero cuando se hace realidad es difícil cumplirlo.
Mis disculpas al gran M.
He aprendido que primero se dice hacer mucho, pero cuando se hace realidad es difícil cumplirlo.
Mis disculpas al gran M.
"Es más fácil decir lo que piensas que pensar lo que dices"
Nacho I.
Nacho I.
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