Tengo un amigo que está firmemente convencido de que los profesores le odian. Tanto es así que siempre que le saca una mala nota se compara con el resto de sus compañeros y se da cuenta de que el profesor 'le tiene manía' y le baja la nota a propósito. Hasta aquí ninguna novedad, porque en cierto modo así hemos pensado todos alguna vez.
Sin embargo, ultimamente vengo notando que empieza a trasladar esta postura hacia otras facetas de la vida, más en concreto hacia el deporte. El baloncesto es uno de sus pasiones y la verdad es que nunca se la ha dado demasiado bien, pero él sigue empeñado en que es culpa del director del club, el cual le odia e intenta ponerle siempre en los equipos malos, de forma que, a pesar de llevar 10 años jugando, mejora a pasos de hormiga. Aún así, él es un luchador, y su pasión por este deporte le lleva a apuntarse a cursos de verano para mejorar su técnica. Allí los entrenadores le mienten diciéndole que es bueno, lo cual alimenta su perspectiva hacia al fracaso deportivo como un complot capitaneado por el director del club.
Pero en escalafón más alto de la falsa conciencia que tiene de sí mismo, encontramos su visión hacia la amistad. Él se considera una persona bastante sociable, pero la gente dice que es bastante pesado, y es por ello que no es demasiado querido por sus compañeros. Yo he intentado explicarle varias veces la realidad, es decir, que no hay ningún complot contra él en ninguna de estos aspectos de su vida, simplemente que todo aquello en lo que el piensa que es bastante bueno realidad no lo es, pero él se mantiene firme a sus convicciones, empeñado en que es todo una conspiración, y que todo el mundo le infravalora.
Después de esta experiencia me doy cuenta de que en el proceso de maduración personal de todo ser humano, ocupa una posición muy importante el conocimiento de uno mismo, es en este proceso en el que a veces nos mentimos, y esa falsa conciencia que tenemos de nosotros mismos es a veces difícil de cambiar. Pero aún así sigo sin comprender del todo la causa de esta mentira, ¿será su vida una mentira constante y voluntaria en lo que a su perspectiva personal se refiere o simplemente un distanciamiento completamente involuntario de esta realidad ?
Pablo H.
Pensando sobre esta entrada en una noche de "reflexión camal" (el genuino momento anterior al sueño, brazos cruzados tras la nuca, mirando al techo sin ver más que oscuridad, oyendo los lejanos coches....el mejor momento de reflexión sin duda, sólo rivalizando con la ducha matutina) creo haber alcanzado una respuesta a tu "sigo sin comprender del todo la causa de esta mentira".
ResponderEliminarPienso que lo que guía la autoconvicción son unos pasos bien distintos los unos de los otros:
1.- En primer lugar se encuentra el conocimiento (nadie nace queriendo ser futbolista, entonces un niño concoce lo que es un futbolista, su tren de vida, sus horarios, su sueldo,etc..)
2.- El segundo lugar de este proceso está al cargo de la imaginación (nos imaginamos alcanzando esa meta, cómo nos cambiaría la vida)
3.- Después se produce "el gran choque", nos encontramos que nuestra meta no era tan fácil o que nos habíamos excedido en el paso nº2, y no era tan fantástica.
4.- la etapa más crítica, es aquí donde se abandonan los sueños: entra en juego la ambición. Habiendo pasado por el paso 3, las personas que de verdad ansían llegar a esa meta superarán todo tipo de dificultades para conseguirla, mientras otros tantos se retirarán.
Sé que puede ser confusa esta teoría que me acabo de sacar de la chistera, pero creo que todo proyecto humano puede encajarse en uno de los cuatro pasos: tu amigo en el tema del baloncesto creo que se encuentra en pleno paso 4, pero que no ha terminado de pasar el 3. Para superarlo no se ha convencido de lo mucho que tendrá que sacrificar por llegar a ser buen jugador, sino que ha pasado de puntillas por el paso 3 echándole la culpa al entrenador, por ello si quiere de verdad convertirse en jugador clave ha de volver al paso tres y replantearse si quiere o no, con sus consecuencias reales.