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Sé que es duro perder a un ser querido. A mí también me ha pasado. Amigos, familiares, conocidos... No importa. Cuando alguien se va, duele. Es algo que pasa. Todo el mundo tiene que morir. Y la vida es fugaz. Pasa rápido. Unos van. Otros vienen. Es un ciclo.
Pero ¿Por qué desesperar? ¿Por qué entristecerse? En la cultura americana cristiana, es tradición organizar una pequeña celebración cuando alguien fallece. Obviamente no se trata de una fiesta, pero sí de una reunión familiar alegre, en la que se recuerdan momentos pasados de la persona fallecida.
Es la esperanza en lo que viene después lo que nos hace estar alegres. No existen razones para caer en la tristeza. Por ello, os animo a permanecer siempre felices, pase lo que pase.
"La esperanza es el sueño del hombre despierto". Aristóteles.
Jesús M.
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