El segundo... esa unidad básica en la medición del tiempo. Invariable, impasible, inflexible, estático... nos dicen que no cambia nunca, pero creo que a nadie le parece tan inalterable como oímos.
Qué cortos son los segundos cuando corremos unos sesenta metros con D. Paco, cuando quedan cinco minutos para entregar el examen y llevamos sólo la mitad contestado, cuando estamos un rato por Internet y de repente ha pasado una hora inexplicablemente, o cuando queremos estudiarnos todo mates en un descanso y ni nos da tiempo a abrir la carpeta. En resumen: cuando queremos que el tiempo se alargue.
O qué largos nos parecen los segundos cuando nos estamos durmiendo en clase, cuando de viaje en el coche a uno ya se le ha agotado la batería del iPod y del móvil, cuando vamos ganando por un gol y no queda nada para el final, o cuando, por lo que sea, deseamos que pase el tiempo rápido.
Y dicen que el segundo siempre tarda lo mismo... JA!
Carlos I.
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