Este verano cuando llegues a tu pueblo o a tu lugar de veraneo y te pregunten, ¿y tú qué estudias? Y contestes con orgullo: "¿yo? Yo soy un alumno de BI. Tus amigos sorprendidos preguntarán ¿Y qué narices es eso? ¿Para qué sirve?... En ese preciso instante te pasará por delante, como si de una película se tratase, todo el curso, e intentarás ver que has aprendido que no hubieses aprendido de estar cursando el bachillerato del tipo LOGSE, y tras un rato de cavilaciones internas acabarás por contestar: "Para, para,…para aprender a sufrir, y sufriendo aprendiendo."
Esto, como muchos ya sabéis, no lo digo por cuenta propia, ya que el BI de sociales, aunque muchos lo nieguen no exige mucho. Sin embargo, lo que me ha llevado a reflexionar sobre esto han sido las caras que habéis traído a clase algunos, en días de entregas y de exámenes, las ojeras del otro, la desesperación con alguna asignatura, la frustración con algún que otro profesor..., y por supuesto el esfuerzo de más, hecho por todos nosotros.
Y como la mayoría de vosotros, espero, no me arrepiento de mi decisión (para eso está segundo) sino que me alegra haber tenido que dar un poco más de mi mismo, y espero seguir el año que viene dando más aún.
Así que estando cerca del fin de este inolvidable curso académico, y a pesar de todos los obstáculos superados, y los que faltan, creo que todos estamos de acuerdo con este singular proverbio:
"Los que más sonríen, son los que más han sufrido."
Pablo B.
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