Ya van dos entradas en las que digo que "mi próxima entrada será sobre las exposiciones", y hasta ahora no he cumplido, así que ya va siendo hora.
Lo cierto es que hoy he presenciado una de las mejores exposiciones que se han hecho en filosofía hasta ahora: la de Carlos T y Juan R.
En su exposición, nos han hecho ver cómo nuestras quejas del B.I. son infundadas, ya que aceptamos que nos "machacaran" a cambio de estar en el B.I. (lo han comparado a los términos y condiciones de los contratos de internet que siempre aceptamos y nunca leemos). Según su exposición (o eso he entendido yo) si aceptas que tienes que trabajar duro, no puedes quejarte cuando sufres.
He de decir que estoy en un total desacuerdo con la tesis de su exposición, ya que "trabajar duro" y "sufrir" son dos términos diferentes, que no siempre deben ir juntos. Los ejemplos más claros que yo he visto de ésto son los tres siguientes:
Walter Lewin: Hace no mucho Carlos T. publicó una entrada sobre éste increíble profesor de física de MIT, que hace sus clases apasionantes. Todos los que entran en el MIT saben que van a tener que trabajar duro, pero lo hace disfrutando mientras trabajan, porque los profesores consiguen que su asignatura no sea una carga aburrida, sino una asignatura que, a pesar de que necesita mucha dedicación, es entretenida y fascinante.
CanSat: Ésta es una experiencia personal que he vivido a lo largo de éste curso. Es un proyecto al que le he dedicado mucho tiempo y esfuerzo, pero sin embargo, en ningún momento he sufrido con ello. No es que me gustara quedarme los viernes de 3 a 5 para "hacer el CanSat"; tenía planes más divertidos que podía haber hecho, pero a pesar de quedarme trabajando, no me sentía "amargado" ni "explotado", como muchos pueden sentirse en el B.I.
Google: Google tiene a los trabajadores más eficientes del mundo, estadísticamente. Son gente que pasa horas en la oficina, pensando, tratando de innovar, acabando proyectos... Sin embargo, nadie que haya visto las oficinas que tienen puede decir que "sufran" mientras trabajan.
Por lo tanto, yo no creo que el problema sea que nos quejamos demasiado y tengamos que "sufrir silenciosamente" por estar en el B.I., sino que en mi opinión, la labor de los profesores es coger a los 30 alumnos que ellos han elegido, y motivarlos e interesarlos para que su estancia en el bachillerato internacional no sea un sufrimiento sin sentido, sino un aprendizaje profundo, pero sobre todo interesante y voluntario "de verdad" (es decir, "hago esto porque me interesa, no porque me haya comprometido").
Nacho M.
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