viernes, 11 de mayo de 2012

Mírame el culo, mientras uses el femenino.

Mírame el culo, mientras uses el femenino.:

Las feministas molamos mazo. Somos gente liberal, ardiente en deseos de progreso, solidaria, involucrada y sobre todo coherente.

Pero es que esta sociedad es una sociedad de machistas asquerosos, de retrógrados. Sobre todo los católicos, que aparte son fascistas, racistas, homófobos e intolerantes. Unos auténticos hipócritas.

Por eso me he propuesto cambiar esto. Así que, voy a volver a escribir este texto como debería, con igualdad hacia hombres y mujeres. Sería mejor así:

"Esta sociedad es una sociedad de machistas asquerosos y asquerosas, unos retrógrados y unas retrógradas.
Sobre todo los católicos y las católicas, que además somos fascistas y fascistos, racistas y racistos, homófobos y homófobas e intolerantes e intolerantas."

Joder, vaya cambio. Así mucho mejor. Es con gestos como estos con los que acabaremos con la desigualdad, y no con cosas como prohibir la prostitución y la "semi-pornografía" en anuncios, o como enseñando un poco menos lo que no hay que enseñar para que no nos miren simplemente como objetos sexuales. Eso es estúpido, son cosas del siglo pasado, en el que todavía vive gente como estos cristianos. ¡Sexo es vida!

A mí lo que me molestan no es que me miren como una especie especie de trozo de carne destinado a dar placer. A mí lo que me parece indignante son cosas como que, por ejemplo, utilicen un lenguaje que llevamos siglos utilizando en el cual se tiende clarísima e intencionadamente al masculino. ¡Qué asco de retrógrados y retrógradas!

Por tanto, hago un llamamiento a todas y todos a que cambiemos esta situación. Mira todo el porno que quieras, haz el amor todo lo que quieras, fijate en mi culo y en mis tetas todo lo que quieras, sin pensar que detrás de ese culo y esas tetas hay una persona, considérame una máquina destinada a excitar; pero, por favor, hagamos el esfuerzo de cambiar lo importante: cosas como el lenguaje, porque no hay derecho a que se nos siga tratando de esta manera tan desigual, especialmente ciertos factores de la sociedad, unos reprimidos sexuales, cuyo único fin es hacer de la mujer su esclava.

Juana G.

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