En una prueba de paciencia y fortaleza, sólo un niño aguantó hasta el final. Estaría bien hacer algo parecido con adultos. No creo que cambie mucho el resultado. Y más en esta sociedad donde la paciencia es muy escasa. Así lo vemos todos los días; en las carreteras y en cualquier sitio, siempre hay alguien impaciente que quiere avanzar cuanto antes. Y en cuanto a la fortaleza... Poca gente puede resistir ante una situación difícil. Los adolescentes, y no tan adolescentes, no han sido educados en fortaleza y han estado toda su vida demasiado protegidos; esto conlleva a que en situaciones desesperadas se derrumben y no sepan resistir las adversidades de la vida.
Eduardo R.
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