Querido lector, mientras lee estas líneas me gustaría que pensase en una nación. Una nación conocida por su defensa de la paz en el mundo, por llevar lo más necesario a los rincones más hinóspitos del planeta (libertad, organización, educación, valores, cultura...). Una nación conocida por defender la igualdad entre los hombres. Una nación capaz, de hombres valientes, generosa, hasta el punto de colaborar en la independencia de una pequeña colonia explotada frente a un conjunto de países de gran influencia mundial. Quiero que piense en una nación que arrancó desde la unión de pequeños territorios y ha llegado a dominar el mundo...
He de mencionar también que la independencia de los EEUU ha pasado a la historia como una meritoria lucha de unos hombres explotados que decidieron levantarse contra el poderoso Reino Unido, y que, con la ayuda de Francia, lograron realizar su sueño. Lo que pasa desapercibido es que el papel de Francia en este levantamiento fue costeado por oro español, y que fue precisamente nuestro país el que contribuyó más activamente a la liberación de la colonia británica con episodios de auténtica demostración de bravura y valentía del general Gálvez.
Podría seguir hablando de este tema horas y horas, me apasiona, y eso combinado con mi frustración por el desprestigio español internacional, me han llevado a estudiar el asunto, podría dar muchos datos y debatir a fondo la cuestión. Dejo aquí un último apunte: en el acta fundacional de la "Real y Pontificia Universidad de México" en el virreinato de la Nueva España (1551, hoy universidad nacional autónoma de México), queda recogido que se creaba como institución educativa para los hijos de nativos en primer lugar. Apenas cinco siglos después comenzaban las universidades americanas a plantearse la admisión de estudiantes negros...
¡¡¡Si alguno pasa por Santa Clara (Florida) este verano, que no se le olvide visitar el lugar de interés histórico de la tumba de Luis Argüello, primer gobernador español de la Florida!!!
Definitivamente, nada como saber venderse.
José María A.
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