miércoles, 18 de abril de 2012

Carta al redactor

Carta al redactor:


Estimado señor lector,

Se dirá usted: “¡Qué curioso que se dirija a mi como estimado, pues no me conoce!” El motivo del empleo de estaforma de elocución no reside en su persona, pues no le puedo estimar al no saber quién es, y tampoco puedo estimarte por lo que pueda llegar a ser, porque no me importa. La utilizo por una razón que se está extinguiendo, una razón en peligro de muerte, una razón condenada: la corrección.

La corrección es una cosa que en mejores y más prósperos tiempos tenía el reconocimiento de la sociedad. Ahora el correcto es un aburrido, un pasado de moda, un fósil. La corrección se muestra en muchos momentos: al andar, al hablar, al comer, al jugar, en fin, al actuar. Como no tengo tiempo ni espacio para hablar de todos, voy a hablar de la corrección en un caso muy especial: al escribir una carta.

A la hora de redactar una misiva, es importante seguir algunas leyes no escritas, consejos, directrices o como lo queráis llamar. Lo primero de todo, dirigirse al receptor. Nadie se va a morir por escribir “estimado”, “querido” o incluso “respetado”, y a nadie le molesta que le traten de señor. Una vez logrado este punto, es preciso señalar que no es un malgasto de papel dejar una gran sangría al principio de cada párrafo, sino que es una cuestión de elegancia y orden visual de las ideas.

Después de estos requisitos formales me veo en la inalienable obligación de expresar la incontingencia de la adecuación textual. No debemos escribir igual una carta a una persona de confianza con la que tratamos de forma familiar que a otra a la que hay que profesar el debido respeto. De este modo, no es correcto escribir: “Manolo, tengo muchas ganas de verte tocar el órgano en la iglesia” cuando lo adecuado sería: “Maese Pérez, mi corazón está inquieto de puro ansia por veros arrancar bellas y armoniosas notas del órgano de la solemne catedral”.

También cabe señalar que para escribir una carta ofensiva, mejor es no hacerlo, pues el fruto de horas del trabajo que te lleve hacerlo solo puede tener un fin, y éste es el de ser criticado.

Es fundamental a la hora de redactar información que las ideas sigan un cierto orden y respeten la coherencia y la cohesión necesarias.

Por último, quería pediros un favor: después del arduo y costoso esfuerzo que ha llevado el dar a luz tan magnánimo documento, finalizadlo bien, con cortesía, que no siempre es sinceridad

Sinceramente suyo, un amante de las cabras.

José DBU

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