Hace poco me di cuenta de que si tú te quedas quieto, te llevas una sorpresa: ¡el mundo sigue! Y en muchos casos funciona mejor de lo que funcionaba antes.
Esto me aclara la obsesión del ser humano en dejar su pequeña huella en la historia, porque lo que dejemos, esa pequeña marca, será lo que nos hará inmortales (otra de las obsesiones del ser humano). Piénsalo, cuando te mueras nadie sabrá quién eras, en qué trabajabas o qué estudiaste. Esas cosas que tanto te importan ahora, pasarán a no tener importancia.
Por ello, hago una llamada a todos aquellos que no hayan hecho algo productivo o increíble en su vida. Les recomiendo tres tipos de vías, que se acomodarán a todos los tipos de estudiantes y personalidades, para llegar a dejar una huella en la historia.
La primera, es la menos recomendada. Ya que conlleva trabajo duro durante años y que gracias al azar o la suerte, obtengas diversos premios por tus grandes logros e ideas.
La segunda, bastante asequible, es para personas normales que quieran obtener su huella a cualquier precio. Esta se basa en estudiar lo suficiente para ir pasando de curso, y tener la suerte de tener un compañero excelente del que te puedas servir para conseguir tu fin: una huella en la historia. De este compañero podrás obtener y abastecer todas tus expectativas, por supuesto obtendrás las notas para pasar de curso y sobrevivir un año más, y también una idea genial con la que finalmente dejar marcada la historia con tu huella.
Aunque siempre queda la tercera vía para esas personas que no se vean ni en la primera, ni en la segunda. Esta vía está hecha exclusivamente para todos los que sean malos estudiantes y vagos. Esta vía es asesinar a alguien famoso, y pasar por ello a la historia. Esta vía se acomoda a todo tipo de nombres y de iniciales.
Estas vías las he escrito para mostrar lo paradójico que es el ser humano. Estudiamos a asesinos y personas que pasaron a la historia por aniquilar a millones de personas, pero nadie estudia quien descubrió la base de nuestra genética. Quién se acordará de un monje que se dedicó toda su vida a mezclar guisantes.
Esto es la historia humana, estudiamos a quien aniquila a la especie y no a quien la descubre.
¿Todavía quieres dejar tu huella?
Pablo O.
No hay comentarios:
Publicar un comentario