martes, 10 de abril de 2012

¡Que dulce cura!

¡Que dulce cura!:

Aquí vuelvo, una vez más, para dar a conocer cosas que para mí son obvias, pero que según mi experiencia, la gente desconoce. Estoy seguro de que mucha gente no ha probado o no le gusta la miel: que si tiene mucho azúcar, que si el colesterol, que si es muy espesa... 

Qué pena que nunca hayan probado la miel natural. Tengo la suerte de que mi abuelo es apicultor, y en mi casa no falta la miel que él coge directamente de sus colmenas. Siempre me dice "Toma una cucharadita, que la miel es muy buena pa tó!" (para todo).


Un día decidí investigarlo y, cual fue mi sorpresa al ver lo siguiente: "La miel posee actividad antibiótica natural gracias a unas sustancias llamadas inhibinas; tiene  propiedades antisépticas y antibióticas, acelera el proceso de  cicatrización, alivia infecciones de garganta y faringe, es un alimento digestivo, muy indicado en caso de fatiga física o para deportistas,capacidad remineralizante del organismo. Es también un alimento depurativo y presenta propiedades anti inflamatorias. Ralentiza la caída del pelo y sirve incluso contra el dolor de muelas."


Lo contrasté con otros artículos, revistas e incluso pregunté a algunos médicos. ¡Todo verídico! Desde entonces la tengo siempre a mano, porque pase lo que me pase, la miel me va a servir. Todo esto puede parecer ridículo, pero yo siempre digo que "las luces no se encienden sin fe". A mí me funciona, y de hecho algunos médicos la usan como terapia, y en los pueblos es el remedio más abundante. Ahí queda eso. 



"No se hizo la miel para la boca del asno".


Álvaro M.

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