miércoles, 18 de abril de 2012

Metro en viernes

Metro en viernes:

Es la típica escena de oleadas de personas con su bolsa de supermercado en el metro el viernes, once o doce de la noche. El material de cada fin de semana; la botellita de vodka y la fanta de limon. El sitio; el parque de siempre. La misma gente. El objetivo; el mismo.

Gente de doce, quince, veinte, trenta y cinco, cuarenta años.

Un poco ridículo ,¿no?

A lo mejor soy yo el rarito, no lo sé.

Pero yo no le veo la gracia.
Esta imagen de cada viernes me ha hecho darme cuenta del nivel intelectual de la gente en este país. Luego dirán que hay crisis, que las cosas van mal.
Pero, ¿como van a ir bien si los que supuestamente tienen que levantar el país van de pedo en pedo?

Porque podemos echar la culpa a muchas cosas, pero lo que es innegable es que esta actitud no es la mejor.
Sinceramente lo digo, no es serio que una persona de treinta y cinco años pase su fin de semana entre pedos y resacas. Vamos a madurar un poquito, que tienes ya una edad chaval. Con decirte que mi padre a esa edad tenía ya tres hijos....

A propósito de esto, me gustaría que esta gente se viera en un espejo en esos momentos. O mejor aún, que alguien los grabara para que sus hijos, su mujer o su jefe puedan verlos.

¿Les gustaría a ellos ver a su padre así? Me da que no.

Pero bueno, si lo que les gusta es terminar vomitando en un banco, con dolor de cabeza e indigestión, y sin saber qué han hecho unos minutos antes, yo los respeto. Pero que luego no se quejen de que las cosas van mal. Y que luego no tengan la poca vergüenza de castigar a su hijo por llegar a casa arrastrándose viernes tras viernes.

Es por esto que pienso que la situación nuestra actual no es simplemente una mala gestión (que también), sino que es una falta de madurez de las personas que deben tirar del carro. Y si es en ellos en quien los más jóvenes nos tenemos que fijar, la situación irá de mal en peor. Yo sinceramente creo que terminaremos mal. Y si no me crees, date una vuelta por el metro un viernes.

Juan G.

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