martes, 10 de abril de 2012

¡A tostarse!

¡A tostarse!:

Ahora que terminan las vacaciones y uno se pasea por la playa, se da cuenta de cómo van cambiando los tonos de piel en las dos principales víctimas del Sol: los guiris y las mujeres.

Por una parte los guiris (blancos como la leche), que ya saben las consecuencias de los rayos del gran astro en sus pieles, llegan con sus gorras, gafas de sol y bañados en crema de factor 90. Sin embargo, esto no servirá de nada, pues al segundo día ya alcanzan su estado final, acaban rojos como cangrejos a la parrilla. A partir de ahí ya tomarán como base la sombrilla, de la cual sólo saldrán para bañarse en la piscina o irse a por un helado.

Por otro lado están las mujeres, que siguen siempre el mismo ritual: llegar, ponerse crema (como máximo del 6, no vaya a ser que no se pongan morenas), tumbarse en la hamaca, comer, ponerse crema, a la sartén otra vez… Algunas suelen tener más éxito que otras, sobre todo en cuanto al grado de quemaduras, pero al final todas acaban peladas.

Siempre que al terminar las vacaciones observo estas dos poblaciones afectadas por el Sol me pregunto: ¿Tiene sentido ponerse moreno?

Nacho I.

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